Thursday, July 06, 2006

Septiembre Once

… Colocado en un tránsito histórico, pagaré con mi vida la lealtad del pueblo…
Salvador Allende

El ciudadano pudo huir amortizando distracciones carceleras
él pudo condenar las sentencias mal imputadas
esa mañana bajó calles de la ciudad
llevó sus pasos al foro como si nada
hubiera cambiado en el mundo
los barcos en la bahía continuaban con un vaivén mediterráneo
el laborioso primaveral marca calendarios
pudo sentir miedo
reclamar su carestía
la vida tiene sombras para esconder gestos a contra luz
no pudo con los oráculos del día.

Otros como el mismo perdieron decoro
mi cuerpo no logró imponer su infantil latido
la calle presume que nada ha sucedido descaros
sigo repetidamente buscando escenas que condenan mi alegría.

Septiembre respetó lo jurado
tomó el vaso no negó beber sorbos
yo hubiera maldecido cada momento
escupido en la cara las estatuas de la ciudad.

El sostiene el vaso
su mano detiene un instante la escena
se mira con el vaso en la mano
nos deja mirarle antes de congelar el torrente
un líquido recorre su cuerpo
cruza mundos para llegar a estrechar sus brazos
en los que se cobija para sí mismo cariños
costumbres de mirarse a los ojos
imponer respetos al debate
abrazar a quien construye silencios de la nada
repletó sus ojos con misterios del sentido común
guarda promesa en sus labios
ella es más suave que la noche sobresaltada que le ha dejado venir
lleva cadencias hasta el profundo cielo de socarrones alientos
concurro a sus latidos
cruzó el mundo nuevamente a traducir idiomas que congojan su pecho.

El busca palabras en la estructura de su cuerpo
sugiere conquistar aquella tenue luz
deja traslucir el cuerpo por el cristal del vaso
sabemos que lo beberá
que hoy muere en este verso
que le hemos condenado.

Son cantos los que se escuchan cuando arden los leños
nuestros ojos rodeando la hoguera miran por el fuego
el mago embruja con su danza
trasunta cielos de cielos
sube secretamente
con trajes de aromas
inundan los barcos la noche y siguen viajando
la mano cae a señalar el centro del mundo
el párpado cierra suave la sentencia del carcelero
ocho cardinales
cuatro en su mano cuatro en el mundo.



Annelies Marie (El diario de Ana Frank) A Norman Garín Rojo


Yo se que ella le hacía esconder sus ojos
era un juego atrapar el gesto de llevar sus manos a la cara
ella estremece cuando nos recuerda su nombre
a pesar del tiempo Norman sabe que ella es una joven en Ámsterdam o en los campos de Auschwitz
así lo consignan sus escritos en el desván
así Norman en su juego de mano recuerda lo que señala



Afuera alguien da pasos sobre la calle a plena luz del día
golpes en la memoria y no sabemos quienes son los que transitan
desde aquí el mundo es un relato a tientas
sin embargo presagia cada gesto con sus sentidos
con la forma de lo que digo en la retina de la oscuridad

El humo no encuentra sus gritos
pierden la voz de tanto maldecir este silencio
bastardo queda el mundo sin memoria
razón que nos mata si no sabemos por qué escribe esta niña
por qué encienden sus brazos con estrellas de un cielo condenado a nuestra vergüenza
poco importa ahora que ellos alcen la voz
que marchen
que rompan vidrios en tropelías
que escudos en el pecho
que secretas policías
que impongan su rúbrica para tapiar la puerta del olvido
más que bombarderos con sus pesados motores
más que el estallido de las bombas en la calle
más que las ciudades diariamente arrasadas
más que el olor y las náuseas
más que nombres y sobrevividos
las manos de Norman consolando la cuenca de su mirada
aterrados en la columna
cayendo al pozo del muro en que yo se que ella le hacía esconder sus ojos



volver IV

Ha vuelto el peregrino
a ser testigo de sus manos
las telas que trae son para llenar de colores las calles
para anudar su cuerpo a rituales lazos
las puntas les envuelven a ellos mismos
de otro modo decir no cabe en el paisaje palabra alguna
por eso los parpados
las aguas bordadas
los ríos son recuerdos que bajan quebradas a la memoria de su destino
nos encontramos siempre en alguna parte misteriosamente leyendo parábolas
la hierba es una multitud que crece mientras sucede lo que sucede
vemos disfrazarse de brisa
al tapiz verdor del paisaje
por eso el sueño es más ancho que la noche
y deambular es un ebrio mirar de ojos estrellas
viajamos y del paisaje queda también su mano extendida mendrugos de una ciudad lastimosa
que tira monedas para salvar la escena
marchan columnas invisibles a la hora del crepúsculo a su sensible cripta para imaginar que estos cariños son iguales al suyo
hoy poco importa hablar de versos a nadie
gritos afónicos de una venta ocasional
y si él busca en sus manos algo de apego
encontrará señas de una nave
donde él quedará naufrago de horizonte
sin dar razones a su pudor recordará quizás un par de palabras dichas en alguna historia que sugiere a estos jóvenes
buscar entre los durmientes de la línea del tren
conexiones entre su abrigo amanecer y una próxima estación.

Nadie sabe como volver II
Esta República son apenas cuatro calles
dicen coordinadas al mundo
que no quieren transitar
la gente no quiere volver
se acostumbró a estos paisajes
a los de las cuatro calles a la redonda
al cuadrado de la plaza central
al de los ojos con que se mira
en este pequeño país
del que nadie sabe dónde está la frontera
la gente habla gustosa
saludan por las mañanas a los vecinos
celebran las estaciones del año
los nidos de los pájaros
el agua en las acequias con que lavan sus caras
por el ruido saben que el mar no está lejos
confían en los peces
en algún momento llegarán del puerto
contarán historias de fábulos marinos
quedarán atrapados

y ellos no querrán volver

Chiloé

Transcurre mirar
ver es el velo de agua colgado al paisaje verde en la amplitud de sus matices
el día existe para nosotros en las afuera de la ciudad de Castro
Naiman se llama la mujer que nos retrata en silencio en sus ojos
desploma con trazos elementales el decir de las cosas anudándolas a ellas mismas
ella es la memoria del mundo que vemos en el paisaje
el paisaje son sus juegos de niña
el bosque nos interna en tupidos cuerpos dichos en la risa de un sol detenido en la espesura de sus formas
besamos canelos en la ruta
nos sentamos al fuego para mirarnos
entre ojos hablamos
el tiempo huye en nuestras manos
hablamos entonces de quienes no están
habla el padre de esta mujer en su boca y existe
miramos curiosos palabras en el relato breve de quien nos habla
son otros los que hablan distantes a nuestras palabras parecen decir lo mismo
caminamos por el bosque
los árboles cuentan historias
antigua como su viaje al cielo de la luz
las huellas del tiempo son su erosión en nuestras manos
el ángulo del viento
el surco del agua
caminar sobre las hojas
el perfume de la hierba
Naimán es su nombre Nercón se llama el monte
sus padres dejaron las casas sobre las piedras
para llevarse consigo el fuego a la vida
otras miradas nos llevan al túnel vegetal que transitamos para despedirnos
los árboles eran el secreto atravesado
el pórtico fue perdernos del tiempo
el túnel la eternidad






La nave en su viaje
a los kaweshkar

Entramos con giros en el pórtico de la noche
cubrimos nuestros pasos con pieles
para dejar en nosotros las huellas del camino
bailaron sobre la nave siluetas
de un mar violento
la noche despliega matices para construir su memoria
en todos los recuerdos estábamos danzando nuevamente
bajo la sombra del acantilado

Un pequeño fuego alumbra el título La nave en su viaje
y son ellos o soy yo escribiendo los que sentimos fríos en la intemperie
de la piel esperando amanecer el mundo

Quebrada la lluvia en el paisaje de ojos rasgados
pequeños fuegos encienden estrellas sobre la nave
hablar de quienes perdieron su voz es nosotros mismos
diciendo el nombre de las cosas de otro modo
con el roce de aires fríos en el fuego de los labios
la torpeza de mano
mi cuerpo modelando el suyo
el viento mueve embravecido la nave
las olas sostienen el brillo de ojos en la escena
no siempre hacemos lo que queremos
no siempre podemos hacer lo que queremos

La ola insiste en el severo acantilado
ellos pierden la voz sobre la nave
los canoeros navegan en silencio
solitarios en su fuego

Sobre la nave
la torpeza de mi voz
y la suya perdiéndose para siempre
bajo el severo acantilado de la noche





Escena en vuelo
Al principio
fue sugerir una línea el horizonte
después escribí frases en mi memoria para no olvidar
rúbricas en hojas de visados pasaportes

Cae del cielo luz sobre mis hombros - la otra dejó de ser una línea -
acomodo gestos de mi cuerpo al ángulo asiento
o me parece mientras regulo
hasta el último instante en que el haz puede ser necesario
en lecturas entiendo de buen educar

Agito incómodo mis pies cruzados por cansancios
de ir a ninguna parte
de no ser por estas palabras que llevan otros vuelos
atento a los ruidos de brazos
en que es posible llorar los miedos del motor

Es una guerra brutal pienso
alejado del mundo que no sea yo mismo

Miro la línea ahora y es torrente desbocado en luz
son rostros salidos del mundo
que en un mapa cualquiera amanecen conmigo
los niños pierden la vida
resucitan del juego sin necesidad de morir pero esto es una guerra
y escribir es un hechizo que yergue vencidos en el papel de nuestras derrotas

Aclara el mundo
apago la luz sobre mis hombros
muevo el cuerpo / el mío /
gira la mirada
los otros allá miran desencajados
finalmente por las cuencas volaron sueños


Volveré pronto a la calle donde vivo / pienso /
de este vuelo quedarán mis ojos pegados a la ventanilla
alguien en el mapa podría nuevamente estar señalando
la ruta que llevan mis alas
y ser yo mismo el que mira el cielo.


Escenas en tránsito

Por la espesura blanca de su barba
acompasa su mano cariñosamente el anciano
es lento juntar ideas que hablen en silencio
sin saber donde escucharán lo que se dice
Sentado da espalda a un joven / el anciano /
ignora o le dejó de importar que explica estrategias donde guerra
es un parcial motivo en la pantalla
que yo además guardo conforme escenas en tránsito del televisor.
Los aeropuertos sugieren túneles
el tiempo ruedas hacia adentro y desaparece
por la fuga del punto en que el tiempo es un precario mañana
nosotros nostalgia en la retina del paisaje
La guerra es mal necesario
dice en cada frase el joven negro
mientras otra escena que es la misma
persigue en lenta cámara el trayecto de la bala
Es negro el anciano también
blanca su barba
su mano cariñosamente no deja de acompasar
aquí en tránsito la escena que mis ojos
buscan como matar el tiempo
sin medir consecuencias.


Escena de su mano en mi cabello
Suyo el decir de mi boca
bosquejado por gesto elocuente
de su mano en mi cabello

Decir es recuerdo
hurgar signos en la memoria

Futuro son escenas
guardadas en silencio.


Escena de una mujer en el bar
Jugué con mujeres de quienes nunca sabemos
lo que guardan tras el nombre
porque indagar no ha sido razón de visita
alguna vez desde mi cuarto les oí en alegres fiestas
donde el público aplaudió los contornos de sus cuerpos
con frases que no pude comprender en las calles del puerto de aquel entonces

Ahora me dejo enmudecer
después de tanto cruzo la noche sin destino
que no sea mostrarle sonidos de mi boca que he guardado
gentilmente desde niño para ellas

Deslicé la mirada
su espalda quiso mostrarme vuelos
que la alquimia dejó abandonados bajo su piel

Se trataba de un juego solamente y nadie muere de golpe

Bebimos un vaso dulce
le hablé de poemas
por qué fundo ciudades en tierras perdidas


El mar fuera de escena habla otro idioma

Estamos en guerra y los muertos no están esparcidos por las calles
pero sabemos por el ruido de las balas que caen veloces los cuerpos


La mujer me invita a mirar sus ojos
encuentro muecas y entiendo es su alegría

Poner banderas en la puerta
anudar cintas a los árboles
sostener sus hojas es también recuerdo

No hay festejo
la hazaña es siempre ajena
aunque la barra convoque patriota necedad.


Escena a la marina del pintor
Puse olas en mi mano
para decir cuando vuelva a mi ciudad
estos son motivos del escrito en que viajan
soles de marinas envejecidos

Detenida la escena el barco penetra pudores en la tela
donde claramente muestra el gesto de la mano
hablando con la muerte

Luces pueblan viejos candelabros
el marino enciende cielos al sur
náufrago como aquel ensayo escrito en bares de puertos
cansados de olvidar

Donde digo viento soplan velas los cursos del barco
colgado en la pared del sindicato
en que hablamos de cómo terminar dictaduras
buena esperanza se llama el retrato que sostiene el marco de las aguas

Que puse en mi mano olas
saben que vine a hablar de guerras
Magnolia otros hombres llegaron pobres
a desnudar pruebas de nuevos mundos

Me voy a contar lo visto
llevo noticias
marchas por las calles
decoradas con banderas
propuse textos cubiertos de nieve
a eso fuí
Magnolias son flores en mis manos
tan antiguas como quienes estamos en el parque
articulando letras de la palabra libertad
aquellos incrédulos miran
somos apenas un puñado flotando en la tormenta
piensan que es ingenuo
avanzar contra el mundo
en la escena del pintor.


Escenas de un hombre atado
“ni pampantieca ni chontoca”
( Un Viaje Muy Particular, S. V)

Sálvanos de cada cual
porque contra tiempo escribo nombres en mi boca
fundo brazos extremos sobre paisajes
son ecos que dictan palabras
de frases perdidas

Neptuno hablo al metal de tu silencio
cercados olvidan la fecha del crimen
pero las tenues luces filtran
escenas por la venda de mis ojos
atados como yo a un mástil donde canto mantras
mecido religiosamente
en brazos de abuela
ahora que la vida resume historias escritas en bodegas de barcos

Es pública esta página
lo digo leyendo heladas bitácoras
que mis labios gestan
cuando presumo fundar ciudades
en cualquier mapa que olvide el mundo

Fuego entonces a la antorcha
el camino es donde aquellos dicen
somos entre otros pasar al puerto oficiando malestares
no importan las seniles voces en las paradas
el texto secretamente ensaya su obra
mejor dicho declaro fundada esta ciudad
y todo cuanto secreto extienda la ola

Sentado en la mesa de cualquier poema
miro por los espejos de la sala
dulces notas guardadas en el piano
que nadie ha vuelto a tocar
el horizonte es una plática
de idiomas secretos
como el viento
Sobre el rumbo.


Escena al relato de mi madre(a Adriana Navarrete Urbina)


Cuatro caballos tiran en la boca de mi madre
el cortejo de la suya
un manto con flecos señalan la muerte
en el cubierto lomo de las bestias guiadas por
dos cocheros en negro traje
agitan los crespones en los cerros del puerto
las ancas maduras arrastran la muerte
un hombre de pie sostiene en las postrimerías del carruaje
señorío a la muchedumbre
le sigo en los ojos de la hija que le cuenta al suyo
frases para arrullar la anciana herida
que lleva el látigo a empujar las bestias


I
Donde el paisaje señala nostalgias la piel contiene sus memorias
veo entonces sonidos agitados en el eterno sumar olas a la arena
escenas que arropan al centinela y su amanecer enamorado

El lago es quietud a no ser por lo dicho
me habla donde habita cada gesto de su historia
porque fue tus ojos lluvias de campo cadencias de ríos
altas nieves en el tránsito de mi viaje
ahora un húmedo párpado que no logro contener

Las calles de invierno buscan amparo en el sitio de los amores
más al sur mi hija juega aunque la luna es un espejo que olvidó mi nombre
pero las aguas hablan y de esta mirada vuelvo al grito por el reloj de los sueños

Su nombre para el mundo en el despliegue de mis manos
es el escrito bajo la piel


II

El árbol da cuerpo al viento
sus ramas inventan juegos
me sonrío solo yo del espantaaguas
ya no suena la multitud
se llevó sus huéspedes el verano
no hay aplausos en la escena
el proscenio perdió su aire
cruza el lago un ave rasante
sigo con miradas el vuelo


III


Son las calles del nocturno en que amanece
mi cuerpo / tus abrazos /
soy trama de paisaje esto es lo que hay
puedo decir escribo puse leños al fuego
aunque nada de esto exista
y queden sólo memorias de amores perdidos
tu boca es murmullo la palabra está en tus ojos
aquí buscarás los signos que hablen por mi mano
aunque no pueda explicar el secreto de las voces
es el nocturno que dice sobre el lago
ellas hablan con ellas
escucho mientras escribo.


Niebla
- Que no tiene ni puede tener fin - dice textual la cita
fue labor andar tentando el desamparo
iluso pienso que hemos hurgado memorias
la altura que da nombre al cuerpo es montaña
será que las cosas confunden en mí la idea que tengo

El mundo es Niebla la mirada y son mis ojos
veo luz en el mar se que sumo pruebas
más lejos está aquel último registro
el horizonte es donde pinto escenas

Los enamorados buscan entrelazar sus dedos
el nudo sus manos

Niebla deja ilustrar la escena - enamorados -
las sombras proyectadas
son algún día ellos mismos caminando siluetas
las tardes ríen más enamoradas que los entrelazados al territorio
Pero de qué hablamos
el futuro será el cruzar líneas por el punto
el centro pasa por sus manos
abajo el mar golpea el fuerte
soy yo quien sostiene el aire que tu ojos leen
se que la ola destruirá alguna noche la escena
el sol se va donde encender ahora otras sombras
Qué es entonces
que responda antes que cierren las puertas de la tarde
la noche es donde escribo sueños
colgando estrellas en negras pizarras de mi escuela
no hay certezas
abajo el mar nuevamente por el ruido presiento sigue su faena
la luz dejó definitivo estos versos
amar entonces es recuerdo
podrían ser las manos juntándose en algún lugar / el infinito /
hay pruebas - que no tiene ni puede tener fin -
los ecos del acantilado golpean Niebla.


Oráculos

Le extendí la mano sin decir palabra
ella buscó signos en la mía
las cosas hablan a veces idiomas que no comprendo
esa mujer por ejemplo lee oráculos en mi cuerpo
yo hablé con objetos cuando niño.
Envejecieron de golpe mis cabellos
los árboles de la calle crecieron
solitarios otoñ.os en sus ramas
volvieron las flores a navegar los aires.
Cruzamos por un instante nuestras miradas
la noche les perdió en alguna parte.
Envolvió con su mano la historia que leyó en la mía
la mujer dejó en mis labios textos
que nadie ha vuelto a leer.
Mi mano cariñosa
se fue perdiendo en profundas aguas de un mar
que miro desde mi calle.
A veces hablo solo por las tardes
recorro parajes
interrogo signos que deja la espuma sobre el paisaje
recuerdo a esa mujer en mi mano
sosteniendo oráculos su boca.


Haré público este año mis versos
Haré público este año mis versos
digo habitualmente en la estación del metro
descifro en el rostro de quien lee titulares
nuevas incursiones al territorio anexado de todos los días
aumentan delitos / ellos saben /
ellos saben mejor que nadie quienes son los protegidos
sospecho por la brisa del túnel
llegar apresurado de máquinas a destrozar nuestro silencio
el que calladamente construimos para dar cobijo a la espera
los rieles sostienen la imagen de una ciudad subterránea
arrastrada por titanes envejecidos
nosotros flotando en la estación.


A dónde vamos
responde con fría voz el ordenador
fue dejar el cuerpo tibio de quien amas en el lecho
no saben si volverán a golpear la puerta los enamorados
apiladas están las maderas
esperando volver algún día a sus recuerdos
todos llegamos finalmente por algo o alguien a este lugar.
Mis labios como yo articulan frases
estremecidas al paso del vagón
ya no habla el calígrafo
vuelve el otoño en su nostalgia a desnudar el árbol
mira la ciudad por el cuadro de quienes esperamos
el viento despeina apresurado la compostura del plano
en este caso será el gastado aire con el que escribo frases
que luego olvidaré.


Los censores cerrarán las puertas sin saber quienes somos
los del viaje
desaparecerá todo lo que aquí espera
me llevaré secretos al túnel
otros en las próximas estaciones intuyen nuestra llegada
el paisaje oscuro nos dirá
que ruta atravesamos por las coordenadas del ordenador
suena el silbato y es lo último que sabemos.


Ellos mismos un territorio
Se besan con tanta pasión
cierran sus ojos para ser ellos mismos un territorio
de aquel paisaje
Entonces para que un hombre ame a una mujer
a veces precisa olvidar el nombre
limpiar con ramas las huellas que dejan
los besos por el sendero.

Por eso entrelazan el latido apresurado
recostando las espaldas al paisaje
Se besan con tanta pasión
que uno puede llegar a pensar
con certeza el mundo es aquel paisaje.


Bosque I

Abrazar árboles por las noches
rodear con sus brazos elípticos vuelos
hizo al poeta hablar otras lenguas
tenia frío entibió su cuerpo
sintió murmullos torrentes en la usina liquida de su alma
vio latir el corazón del árbol como el suyo
dejó su cara en aquella corteza
latieron juntos
subió a la copa de la noche guió el rumbo del botero
escuchó del río rabiar al hombre con los pájaros
el bote abría la quietud del espejo
donde se vio turgente en las aguas que era el río
alguien guardó el silencio que nos rodeaba
yo perdí mi nombre.


Bosque II
El poeta no duerme cultiva lunas en el jardín
oficia paisajes en su fábrica de estrellas
para que duerma su amada una constelación de versos.
La gente habla con los árboles
el botero rabia con los pájaros
hablan sobre la nave distintas lenguas
a veces nos miramos
preguntamos en silencio qué decimos
las aguas se incendian de estrellas
el espejo calmo que triza el navegar del bote es el río
yo registro anochecer.
El destino fue salir alguna vez a recorrer los bosques
por aquellas aguas en que el mar trasunta su destino
los que sobrevivimos aquella noche al silencio del mundo
volvimos acongojados al puerto
perdimos la noción donde embarcamos nuestras vidas
alguna vez empujamos a remos miradas
sin saber donde nos llevaría el río.


Bosque III
Le dejó mapas en sus labios la enamorada
ella se adornó el cuerpo con traje de tul
para internar calladamente sus pasos en el húmedo fluvial.
Dejó también flores sobre las aguas para que le siga el enamorado
por eso lee bitácoras noctámbulas el poeta
descifra rutas de aromas en que los códigos no pueden ser versos
bajan los árboles sus cuellos a beber ribereños sorbos
rema el botero la cuesta por donde baja la tarde
distingo dos cuerpos alejándose
uno al espejo otro al río.


Esa mujer en la plaza

Corre atropellándose el rebaño
en estampida inundan la estrechez de la ciudad
discretos entreabren vetustas cortinas del vendaval
reparos a la escena
cubren las mujeres sus cabellos con negras sedas
se persignan adonde nos lleva la premura.
La tarde pierde sus tonos
enciende luces el cadalso en la plaza mayor
le puede advertir la comarca vecina
las déspotas manías del fuego.
Estamos en la plaza
nadie sabe por qué con exactitud
por qué llora esa mujer sobre los leños
con bajar el rostro no cubre desnudez
atada de manos no puede dar decoro
pagan sus gritos más de una condena
esta culpa soterrada carga en el cuerpo
cruces al abrigo de su alma.
Pasa todo de repente
nadie sabe nada
esa mujer
nosotros preguntándonos
calles plazas enardecidas
no responden los hechos
por eso desalojamos con lentos pasos la procesión
como si lleváramos cadenas.
Aquellos gritos enloquecidos son lo que recuerdo
ya no vivo en aquel pueblo
no puedo decir con claridad que lo he olvidado
he perdido la vista
ya no soy el joven del tropel
escucho pasos en el reposo del cansado cuerpo
son mis hijos la mujer que cruza con su mano mi frente
aquella tarde no ha podido cerrar su ventana
mi ceguera.


Pirca
Esa piedra sostenida en equilibrio
tensa el vuelo en majestuosas columnas
se repiten hasta el final de la mirada
unas sobre otras arropando el territorio
o separando uno de otro lado
adonde lleva ese aleteo.
Presumo confines del imperio
unas sobre otras juntan sus cuerpos
sobre montaña montañas
sobre lunas luna
bajo el mar el mundo corre su apariencia el río lleva sin protocolo su caída
dibuja una línea para que se entienda
por eso el ojo sabiamente parpadea
no es el mismo mirar
mis manos tu gesto
la boca el muro.


Arturo Morales Navarrete
Lugar y fecha de nacimiento: Valparaíso, 14 de marzo de 1964.
Teléfonos: 92864973.
Correo electrónico: poetamorales@gmail.com

Formación académica
Escolaridad Completa (Básica y Media).
Estudios de Música en el Conservatorio de Música de la Pontificia Universidad Católica. Valparaíso.
Titulado de Asistente Judicial obtenido en la Universidad de Playa Ancha, Valparaíso.
Licenciado en Educación, Universidad Católica del Norte.
Diplomado en Gestión Cultural, Universidad de Playa Ancha.


[Publicaciones]
[1994 - 2006]
"Cantos y Danzas Inmorales", libro que contiene poesías y cantos. Valparaíso.
"Extravíos", libro de Poesía, con prólogo del profesor Sergio Vuskovic Rojo. Valparaíso
"23 Poemas Itinerantes", libro de Poesía. Valparaíso.
"Oficio de Alta Costura ", libro de Poesía, Valparaíso.

"Smarrimenti del Mondo ", libro de Poesía, premio literario "L'olio della poesia", Italia.

"Escenas de un país en guerra y otros versos ", libro de poesía presentado en EE.UU.

"Oráculos ", libro de poesía.

"Arturo Morales Poesía ", libro de poesía, Valparaíso.


Arturo Morales recibió el premio literario "L'olio della poesia", Italia.
y es Premio de Literaura 2006 de la ciudad de Valparaíso.


http://poetamoraleschile.blogspot.com/
http://arique.50webs.com/morales-arturo.html
http://www.interactive-spanish.cl/
http://alumnos-valparaiso.blogspot.com/
http://www.facebook.com/inbox/readmessage.php?t=1008280266743#/group.php?gid=98555201494&ref=ts